lunes, 18 de junio de 2012

All around me













"Ya no debería de estar aquí"- me repetía a mi misma una y otra vez, con la convicción de que estaba perdiendo mi tiempo al seguir en la capital pudiendo estar en casa con mis padres.

Estaba enfadada, si lo estuve gran parte del día, sólo pensaba en huir de una vez por todas, pensaba en mis pies hundidos en la arena, saboreaba la comida de mi mamá, en mi papá enseñandome a andar en la cross, en las noches de película en familia y en esos momentos que más valor tienen para mi.

Pero, realmente quien soy yo para articular un: "ya no debería estar aquí", ¿porque renegaba por el lugar en el que tenía que estar en ese momento?, como si esa reacción me ayudara en algo. 

Con la intención de hacer mi momento más agradable, cogí mi cámara, chequé la pila e inserté la memoria. Anduve dando vueltas por toda la casa y comencé a disparar, "algo bueno tiene que salir" pensaba.

Observé mi alrededor con detenimiento, descubrí algunas cosas y hasta cambié mi eventual actitud... y... eso fue lo bueno que salió.






martes, 5 de junio de 2012

Serenity





Viernes por la noche, me disponía a resguardarme entre las paredes de mi casa, bajo luz cálida con un poco de jazz en itunes y la serenidad de mi yo, queriendo olvidar por un momento el ruido de afuera: las trivialidades del mundo. 

Tenía tiempo deseando volver a pintar, incluso, ya había comprado un lienzo en blanco que pasó algunas semanas así, en blanco. Esa misma noche, lo miré y supe que era el momento de ponerle color. Saqué algunas pinturas y pinceles que ya tenía y, sin nada viajando por mi mente, empecé por llenarlo de pinceladas en azul. Pero cuando ya supe que me estaba dibujando, me detuve unos segundos a pensar como sería la boca, en ese momento mi estado de ánimo no se parecía al de una sonrisa, sin embargo opté por pintarme sonriente.

A la mañana siguiente, me desperté con sed de algo nuevo, me observé en el espejo justo así como me había levantado y pensé: "¿por qué no?", fue entonces que salí en busca de mi cámara y un "play" a la música. La diversión comenzó...

El temporizador no dejaba de sonar una y otra vez, hasta que vi el lienzo que ya había estrenado la noche anterior. Lo puse frente a mi cara deseando, por primera vez en mi vida, que nadie me leyera la expresión.