viernes, 24 de enero de 2014

Así es como me lo ha hecho saber.




Hacía mucho tiempo quería escribir este post, pues se trata de una reflexión con la que he vivido los últimos años y que he ido trabajando en la práctica de manera más consiente. La tengo presente la mayor parte del tiempo por la cantidad de cosas que leo y/o escucho en un día cualquiera  y cada que lo analizo caigo al mismo punto.
Estoy segura de que conformaríamos una mejor comunidad humana, si nos miráramos más a nosotros mismos y nos dedicáramos menos a calificar, juzgar, criticar o etiquetar a los demás. Yo sé que la mirada, física y naturalmente, está puesta para ver hacia afuera, es decir, nuestro entorno es lo primero que sensiblemente somos capaces de apreciar, incluso el hombre ha creado objetos como el espejo o la cámara fotográfica para poder observar nuestro reflejo. Sin embargo, mirarnos a nosotros mismos puede significar el acto de designar más energía a conocernos a nosotros, a escucharnos, a mirarnos, pues empezar a ser conscientes de quienes somos, nos ayuda a trabajar con nuestra propia paz, felicidad y a sentirnos armónicos en el mundo.
Queremos un mundo que sea diferente, el ideal que tenemos cada uno en nuestra cabeza, y por tanto, pretendemos cambiar a quienes habitan en él, cuando en realidad sería de mayor beneficio trabajar en ser lo que queremos ser para nosotros mismos y para nadie más. Dejemos de voltear a los alredores con el fin de señalar y mejor hagámoslo con el fin de empatizar y solidarizarnos con los demás. Porque muchas veces la manera en la que percibimos el mundo o nuestra vida, es equivalente a la manera en la que nosotros nos sentimos en él; y empezar a sentirnos bien con nosotros mismos, es el principio de nuestro enamoramiento hacia la vida... o al menos, así es como me lo ha hecho saber.
Scarlet.

miércoles, 22 de enero de 2014

...Depositar besos de mar


 
Hace algunos días un alguien especial me compartió este texto que hoy aquí, en mi cajoncito de letras, quiero dejar.
 
Porque en la mitad de tu nombre encontré tibieza. Vine a ti, para amar tu cuerpo y renombrarte y decirte amor y contemplar tus ojos y beber tu sonrisa en la cama; y depositar besos de mar sobre tus párpados y así descubrir con asombro el aleteo de nuestro propio vuelo, y saber entonces que a pesar de todo, la mitad de tu nombre abraza mi universo.


Scarlet.

sábado, 4 de enero de 2014

No tengo la respuesta sólo la palabra.






Hace dos años decidí crear este blog para compartir, no estaba segura de qué o cómo sería, pero lo hice dejando de lado mis inseguridades, miedos y preguntas sin respuesta. Lo único que sabía era que estaba inspirada y que quería hacerlo. En ese momento me di cuenta de la importancia y del maravilloso juego de la inspiración, pues es capaz de llevarnos a cada uno de nosotros, de diferentes maneras, a hacer cosas asombrosas que quizá nunca imaginamos; o siempre soñamos.

"Inspiración es la palabra" ese fue el título que le designé a este espacio desde el principio, porque como él mismo lo dice, inspiración era la palabra que me había marcado la pauta y la que desde  entonces no he querido soltar.

Cuando hay inspiración, hay vida, motivación, creatividad, amor y arte, solo por mencionar algunos. Pero hasta puedo asegurar que para vivir tiene que haberla: para encontrarle y darle el sabor que le quieres dar a tu vida. Una de las cosas que más disfruto es dejarme inspirar, ya sea de la actitud generosa de otro ser humano, de energías bonitas, del arte, de la naturaleza o de cualquier otra cosa o situación que me haga crecer o querer embellecerme el alma.

Y la verdad me gusta pensar que se trata de un fenómeno cíclico, si hay algo que nos inspira, el resultado de esa inspiración, inspirará a hacer algo maravilloso a alguien más y así su efecto se vuelve infinito e inmortal.

A estas alturas y este día me he preguntado: ¿Qué sería de mi o de la humanidad sin esas cosas, personas o pasiones que tanto nos inspiran? … 


Scarlet.