Sentir la pequeñez, el milagro, el pálpito del corazón más diminuto. Rozar tu piel, tu temperatura, tu nobleza y tus temores. Ansió sentir tu calor, tu pequeño palpito, la incandescencia de un alma sin turbulencias. Por qué a partir de hoy quiero contarte cuentos, enseñarte a soñar, a defenderte de los terribles monstruos nocturnos que te puedan quitar el sueño, mostrarte el juego y jugar contigo. Que sepas que el viento, el cielo y las alturas son el mejor regalo que puedas obtener en un cumpleaños o un día cualquiera; demostrarte que aún sin alas puedes volar y advertirte que las caídas son parte de la aventura. Sí y estoy llorando, y si mis lágrimas no tienen nombre, es porque tu lo has desvanecido todo, porque mi corazón esta rendido a ti, porque me has hecho descubrir otro mundo de emociones que guardaba en cajones empolvados y quieren salir a honrarte. Hoy puedo festejar el nacimiento de un nuevo numen y con lágrimas de amor quiero decirte: bienvenido a la vida: a mi vida.
Scarlet.
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