Esta plenitud se llama vida cuando la sabes acariciar con todos los sentidos vivos.
Hoy ya no tengo prisa por nada ni por nadie, vuelvo a ser yo; me disfruto, me contemplo y con ello, a la vida también. Vuelvo a entregarle el control del tiempo al universo; sin exigirle, sin reclamos, sin preocupaciones. Otra vez me vuelvo arena, arena que se deja mover por la marea, tranquila, pacífica y sin poner resistencia. Se siente bien, se siente realmente bien fluir y dejarse fluir. Estoy completa, siempre lo he estado, sólo hace falta soltar todo lo que no necesitas y seguir a flote.
Eso sucede en el momento en que empiezas a confiar, a confiar en la marea, en la vida; no te hará daño, unicamente te muestra el camino y te hace aprender.
Scarlet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario