jueves, 27 de abril de 2017

Otros mundos



Estaba en una escuela pública , ninguna en especial, pero se parecía a una en la que yo estudié. No recuerdo exactamente qué hacía, pero ahí, a manera de fantasma, fui participe de la historia de una niña de doce años que mantenía una relación con otro niño de su misma edad. Ambos de tes morena, muy delgados, nobles y sencillos.

- Pero no podría ser posible, nos hemos estado cuidando siempre - le dijo ella, discutiendo la posibilidad de estar embarazados.

Mi condición de presencia invisible, cambió, aparecí en cuerpo y  alma. Les dije que debían hacerse otra prueba. Aún puedo recordar la expresión de ella al confirmarse que efectivamente estaba embarazada. ¡Por Dios!, era una pequeña niña que ahora estaba completamente confundida y sin entender como pudo pasar. Yo debí decir o pensar algo como: "es así, aunque te cuides, mientras lo hagas siempre existe la posibilidad".

De pronto, aparecimos dentro de un salón que incluía a los alumnos y  a la maestra. Todos parecían estar escuchando y observando a la pareja de jóvenes padres. Recuerdo haber decidido no poner atención en la expresión de la maestra al enterarse de tal caso, pero aún sin verla, toda la energía que  emanaba su presencia, era insulsa, despreciable, de completo rechazo y desaprobación. Parecía no querer empezar la clase hasta que el drama del suceso desapareciera junto con los dos responsables.

El niño, convertido en padre, arropó el sentir de ella, haciéndole saber que haría su mejor esfuerzo a pesar de todo; a pesar de todos. No sabía cómo, pero todo estaría bien.
La horrible energía de la profesora seguía corriendo de forma brutal hasta que él decidió romper con eso.

En  un instante todo cambió, el escenario se convirtió en un reclutamiento de algún sector de "neo guerreros", si es que puedo llamarlos así. Yo sabía que no pertenecía ahí, pero caí embarrada en no sé que drama. Nos estábamos preparando para algo, un enfrentamiento.

Rápidamente el mundo desapareció y emprendimos un viaje en un tipo school bus volador. Ascendimos poco a poco, y a través de la ventana, se vislumbraba un mundo insólito entre montañas y nubes de colores. Nunca había visto nada parecido, era fascinante, la realidad era otra, en verdad viajábamos de un mundo a otro.
Era de día cuando por fin arribamos a la tierra. Hacia un día cálido, soleado y seco, casi desértico. En un pestañeo el día se volvió noche y nuestra ropa y condición de simples humanos, cambió. Nuestra indumentaria era robótica,  propia del futurismo y nuestras capacidades sobrepasaban las humanas.



Estábamos listos para el enfrentamiento, pero ¿cuál?. Pronto empezamos a pelear con otra sección, yo no sabía muy bien qué hacer, pero volando entre una pared y otra trataba de esquivar los golpes.
El lugar era viejo, un edificio desgastado e incompleto, con grandes muros y túneles. Yo escapaba de la maldad, sin saber por qué se peleaba.

Había un hombre joven, parecía nuestro líder, era el mejor guerrero. Su traje era azul y su cabello negro. Él durante todo el enfrentamiento me vio perdida y dentro de la turbulenta lucha, trató de guiarme y protegerme. No me lo podía decir, pero realmente estaba sorprendido por mi astuto desempeño en la batalla, a pesar de no saber que ocurría. Él era un hombre de verdad y yo una mujer perdida, pero con potencial.
Nos cuidamos, nos pertenecimos y nos enamoramos hasta que el combate terminó.


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