lunes, 12 de agosto de 2013

Desde acá...




-¡Llévame, llévame contigo por favor!- Le suplicaba sintiendo el agua hormiguear por todos los limites de mi cuerpo. Lo disfrutaba, realmente lo disfrutaba.

-¿A dónde deseas llegar?- me cuestionaba ansiosa de respuestas. No entendía lo que yo quería, lo que le estaba pidiendo.

- ¿No entiendes?...Sé buena, tómame y llévame a donde pertenezco. Es fácil, para ti todo es más fácil.

Supo lo que quería: entregarme a sus brazos, su oleaje; poner la mente en blanco, sentir la plenitud, esa que únicamente ella me hace sentir; entregarle mi amor, mi fantasía viva, mi esperanza a veces caducada y también hacer de ella mi presente y futuro.

Saborear las sales en el viaje,  sentir su tacto suave y resbaladizo. Quería que me mostrara el nuevo camino, el que ahora debo seguir con la energía enamorada. 

Ella, por su lado, siempre misteriosa, genuina y complaciente, hizo lo suyo...

Scarlet.

1 comentario:

  1. La tentación de dejarnos llevar es en ocasiones más fuerte que el deseo de ser convencional, es una lucha constante, y no siempre ganan los buenos... afortunadamente.
    Buen blog... espero pasar más veces por aquí, si no te importa.
    Saludos.

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