Hace unos días escuché el discurso de un alguien y me inspiró para escribir este post...
Algunas veces nos conflictuamos a causa de la división. División en cualquiera de sus vertientes. Es sencillo verla, sabemos que existe, porque está ahí, en todos lados: división en las religiones, división en las culturas, división en los círculos y clases sociales, en la militancia de partidos políticos, división en las preferencias sexuales y hasta en la familia.
Puede parecernos molesto o incómodo y, efectivamente, en muchas ocasiones lo es; sobretodo cuando se hace visible la falta de respeto y tolerancia. Aun así he querido ponerle otros ojos a todo este asunto. Como ya lo mencioné antes, la división está en todas partes y es absolutamente natural.
¿Por qué digo que es natural?
Es simple observar que a donde quiera que llegue una persona; a una escuela , al trabajo, a una ciudad, a una reunión, a una cena familiar o a donde quiera que sea, habrá gente que esté de acuerdo con ella: que le agrade su propuesta, que comparta su opinión, creencia, ideología o actitud ante ciertas cosas; pero igualmente, existirá otra parte del pastel que esté inconforme con el y que, incluso, reclame al panedero o proveedor por su mal servicio.
Es natural porque la experiencia nos ha brindado reflexiones diferentes, actitudes diferentes, ojos y tactos diferentes. Habemos millones y más millones de personas en este planeta, y no me deja de sorprender que a pesar de ello, cada uno de nosotros es único e irrepetible... ¿en serio, no es maravilloso? Únicamente así la raza humana ha podido evolucionar; ir creciendo.
Lo he pensado y toda esta diversidad en nosotros, es la misma diversidad que origina naturalmente las divisiones, pero también es la misma que nos brinda toda esta riqueza de pensamiento, de obra, de amor y arte. Por lo tanto, las divisiones no son el problema, hasta Dios que muchos creen que ha venido ha traer la paz a la tierra, trajo la división consigo y si no lo creen, observemos a todas las religiones, posturas y filosofías, y también, a todas aquellas personas que se encuentran divididas por ello. Entonces el problema es cómo las afrontamos, cómo reaccionamos ante ellas y sobretodo, ver de qué lado estamos.
Scarlet.
Considero al igual que usted, mi querida Scarlata, que la división ya es propia de nosotros los frágiles, los humanos. Desde el inicio de nuestros días, cuando después de la concepción y aquella colisión celular en el vientre de una madre (o el vidrio de un laboratorio, dado estos tiempos), la primera reacción es una meiosis, la primera división. Pensándolo entonces de un modo literal más profundo, caemos en una ironía cargada de verdad; quizá sea esta división la que nos une a todos los seres pensantes e irrepetibles.
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