Llegas y me tocas por las noches, noches en las que me refugio en mi cama, ansiosa por apartarte, difuminarte. Noches en las que me vuelvo débil y quiero gritarte y que me respondas. Miro alrededor; estoy atrapada en cuatro paredes: sola. Mi grito se atora, se sofoca. Trato de aliviarlo entre lineas, con un grito desesperado, pero silencioso, pausado. Mi mano y mis garabatos se vuelven mi boca, mi voz. Me tranquilizo, mis monstruos comienzan a calmarse, a salir de mi cuerpo primitivo. Finalmente se han ido, pero tú... tú no has vuelto.
Scarlet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario