jueves, 8 de marzo de 2012

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Ha pasado por mi cabeza tantas veces el deseo de publicar un nuevo post que, después de varios días de reposo, finalmente heme aquí escribiendo.

Ultimamente he estado haciendo consiente una de las razones por las que surge mi placer por la fotografía, las letras y todo aquello que registre un momento, una época, una emoción. Es como tener esa sensación de querer captar todo aquello que es importante para mi tratando de materializar mi realidad o parte de ella.

Desde pequeña encuentro satisfacción por releer escritos, dibujos o cartas que yo misma hice años atrás, porque cada vez que lo hago encuentro cosas nuevas de mi, es como un redescubrirme. Es fascinante observar la manera en que pensaba, como escribía, dibujaba o percibía cierto aspectos del mundo y, por consecuente, emito comparaciones mentales sobre mí analizando el antes y el ahora; mi desarrollo a partir de los años.

Definitivamente, el ahora es lo único que tengo, lo único que prefiero vivir y también lo único que quiero registrar y, en algunos casos, compartir. Aunque, evocar un buen recuerdo a través de los registros, que forme parte de mi presente, también se vuelve parte del disfrute.

Estas fotografías son algunos de los autorretratos que he hecho en el pasado, no hay nada inédito, pero si un recuerdo enmarcado.

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