La indumentaria de un ropero en una vieja maleta,
actitud de expresión, equipo fotográfico y deseo de aventura, fueron los
ingredientes necesarios que dieron como resultado estas fotografías, además del
placer del acto.
Nuestros niveles de libertad, actitud, autoestima y
buena vibra estaban a tope. Con esto termino de comprobar que cuando haces las
cosas con verdadero ímpetu el resultado es más satisfactorio. Cuando la
inspiración surge hago lo que sea para retenerla y que el efecto dure.
Soló me limito concluir
y creer que pasa lo mismo con la vida: hay que vivirla con plenitud y la
historia de nuestra vida será realmente exquisita.
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